El Consejo de Ministros de España ha dado luz verde a una de las reformas laborales más esperadas del actual Ejecutivo: la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales, sin reducción de salario. Esta medida forma parte del pacto de coalición entre el PSOE y Sumar, y ha sido promovida por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Según el Gobierno, esta iniciativa tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de los trabajadores, fomentar la conciliación entre vida laboral y personal, y aumentar la productividad en sectores clave. La reducción de jornada se aplicará de forma progresiva a partir del segundo semestre de 2025, y se espera que beneficie especialmente a empleados del sector servicios e industrial.

Yolanda Díaz ha declarado que “trabajar menos horas con el mismo salario es una medida de justicia social y de progreso económico”, añadiendo que se trata de adaptar el sistema laboral a los desafíos del siglo XXI.
No obstante, la propuesta ha generado críticas por parte de las principales patronales empresariales, como la CEOE, que advierten de un posible aumento de costes para las empresas, especialmente las pymes, y de un impacto negativo en la competitividad nacional. También han pedido una evaluación rigurosa de los efectos reales antes de su implementación definitiva.

El texto aprobado en el Consejo de Ministros deberá ser debatido y aprobado en el Parlamento en las próximas semanas. Aunque el Ejecutivo cuenta con mayoría suficiente para sacarla adelante, se prevé un intenso debate político y social en torno a su aplicación práctica.
Esta reforma posiciona a España entre los países europeos que apuestan por una reducción del tiempo de trabajo como vía para el bienestar social, sumándose a iniciativas similares impulsadas en países como Francia, Alemania o Bélgica.